“El reto para el periodismo creativo y analítico se vuelve así más serio, y debe saber abrirse paso hacia la masa seducida por la información prefabricada, el “fast food” informativo”
-Sergio Ramírez, El futuro que nos acosa.
Todo ser vivo está creado de determinada forma que requiere digerir el alimento necesario para poder subsistir.
El tiempo es una excusa clara para no tener una “pausa” entre el ajetreo diario…el tiempo evita que nos alimentemos mejor, que nos informemos, nos relacionemos con nuestros allegados, en fin, nos erradica la posibilidad de tener un espacio propio.
Por ello, ahora todo es “fast”, “light”, “easy”, y “desechable”. Tal como ocurre con la alimentación: deseamos nutrirnos de forma rápida, fácil y que a la vez nos satisfaga; razón por la cual surge el “fast food”.
Pero cuando hablo de “alimentarse” no me refiero solamente a la comida, nuestro sistema de vida cubre también la alimentación intelectual, espiritual, emocional.
El escritor nicaragüense, Sergio Ramírez, se refiere a una analogía excelente al hablar del “fast food” informativo, que nace como parte de las transformaciones que se están dando en le mundo, respecto a la forma de entregar y recibir la información.
La instantaneidad de la entrega de noticias con el acontecimiento de los hechos ha provocado que la percibamos como algo normal, igualmente ocurre con la instantaneidad de cómo entra y sale la información de nuestras mentes.
“La información es más volátil que nunca, y no está diseñada para quedarse en las mentes, sino para desaparecer, y ser olvidada”, dice Ramírez.
Cada vez más nos homogenizamos con mayor rapidez y facilidad ante los efectos que produce la globalización. Hoy día podemos estar al tanto de cualquier acontecimiento mundial gracias a Internet o televisión por cable.
Ante este panorama, son cada vez mayores los retos para los periodistas, en especial cuando deseamos ser creativos, analíticos, interpretativos. Desde ya debemos aprender a digerir“fast food” informativo para así rescatar las cualidades de la calidad informativa.
Los cambios se van dando paulatinamente, por lo que, como indica el escritor, “será necesario pelear el espacio de los reportajes, las crónicas y las entrevistas que sean capaces de desafiar el gris de las reglas de “economía intelectual” y “lenguaje limitado””.
Sin embargo, el reto también lo tenemos todos como público receptor de la información: la elección de si queremos o no alimentar nuestras mentes con "fast food" informativo está en la decisión final de cada quien.